Ya están aquí los famosos indultos a los presos del procés y, como todo lo que tiene que ver con Catalunya, la política española se ha polarizado todavía más, si es que esto era posible y sobre todo deseable.
Es curioso como en una democracia parlamentaria de la UE, espejo de una sociedad compleja como es España, la cuestión catalana se siga abordando desde la estrechez mental que la simple mentalidad del blanco o negro, todo o nada, marca y condiciona. En este asunto no existen las infinitas posibilidades que presenta el inmenso gris que es la compleja situación catalana, tanto a nivel político como a nivel social.
Como todas estas situaciones/contextos/escenarios, la discreción siempre tiene las de ganar frente al exagerado ruido y la sobreactuación. Quien más ruido hace es quien más tiene que esconder y quien más posibilidades de acabar perdiendo tiene en la solución de este conflicto. Sorprende, con cierta ironía, que quien más ruido está metiendo en este asunto sea el mismo lado del espectro ideológico tanto a nivel español como a nivel catalán: el PP y Junts per Catalunya, la Derecha de toda la vida. Lo que siguen sin entender estos actores políticos, que tan bien se mueven en el terreno de las emociones ergo de los populismos a lo Donald Trump, es que de las tres argumentaciones por las que se pueden conceder unos indultos (justicia, equidad y utilidad pública), la aprobación de estos indultos se enmarca, según mi opinión, en la tercera argumentación: la utilidad pública. Y quien mejor lo ha entendido de manera clara y excelente es Elisenda Peluzie, presidenta de la ANC, con su famoso tuit: “Los indultos no serán un éxito. Sería una decisión política inteligente del Gobierno contra el independentismo. No solo porque se quedan fuera los exiliados y los 3.000 represaliados sino porque políticamente nos desarman e internacionalmente son nefastos”. Por tanto, si los presos del procés son de utilidad pública dentro de la cárcel para el independentismo; está claro que los presos del procés fuera de la cárcel tiene otra utilidad pública muy positiva para la parte no independentista. Esta es la clave. ¿Por qué este razonamiento no lo entiende el PP así? La utilidad pública de los indultos se ha de centrar en contrarrestar los discursos victimistas de los independentistas centrados en la represión. Lo importante es desactivar los argumentos emocionales independentistas con criterios racionales tales como las mentiras del procés sobre las estructuras de Estado, las propias defensas de los presos argumentando que todo fue una especie de presión al Estado para sentarse a negociar, que si no iban en serio porque era como una partida de póquer, que si el 1-O no tuvo ninguna validez, que si la declaración de unilateral de independencia fue una declaración política sin ningún efecto en la vida real… El independentismo parte de una posición de debilidad que hay que aprovechar, tal y como dejó entrever la vicepresidenta tercera del gobierno Yolanda Díaz, el pasado miércoles 02/06/2021 en RAC1, cuando declaró que en la mesa de diálogo se puede hablar de todo y, después, ya veremos porque, y ella lo sabe bien con el acuerdo social sobre los ERTES, en una negociación todas las partes tienen que ceder para llegar a un acuerdo.
Si nos fijamos bien, quienes están más nervioso con el tema de los indultos son aquellos actores que tienen los discursos más esencialistas sobre España y Catalunya para esconder, precisamente, las vergüenzas políticas por las que están pasando este 2021 como son, por la parte de Junts per Catalunya, que habiéndose presentado a unas elecciones al Parlament de Catalunya con Carles Puigdemont hayan caído a la tercera posición en los resultados electorales, por detrás del PSC y ERC, y, por la parte del PP, manejar la imputación de la exsecretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, por el caso Kitchen y que se esté hablando más de la foto en la Plaza de Colón con VOX, como la demostración de que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.
Y mientras existe todo este ruido político y mediático, el PSOE, Podemos y ERC siguen dialogando a todos los niveles sobre los Fondos Europeos Next Generation, que están por llegar a lo largo de 2021 y que sí que van incidir y cambiar las condiciones de vida de la ciudadanía española y catalana en las próximas décadas. Lo que no se entiende es que si Pere Aragonés ha constituido un gobierno más orientado a la gestión que a las esencias; el PP de Pablo Casado, paladín de la gestión económica y pública, no le interese entrar más en ese debate, el cual tendría más posibilidades de ganar. Desde luego, tendría más posibilidades que el hecho de ir recogiendo firmas por toda España, menos en Catalunya, para que VOX no le quite unos supuestos puñados de votos que, de aquí a dos largos años de legislatura que quedan todavía, les será completamente igual el tema de los indultos.