Los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo el pasado domingo han sido analizadas desde una óptica, creo yo, distorsionada.
No ha sido un golpe al bipartidismo. En las elecciones del 25M han salido los mismos grupos que en las elecciones de 2009: siete. Y los dos grupos mayoritarios en su conjunto, el popular y el socialdemócrata, sólo han perdido 7 puntos porcentuales respecto a las elecciones europeas de 2009. El PPE obtuvo 214 diputados con un 28,5% y el S&P obtuvo 191 diputados con un 25,43%. Mientras que en las elecciones de 2009 el PPE obtuvo 265 diputados con un 36% y el S&P obtuvo 184 diputados con un 25%.
Yo creo que lo que realmente ha fracasado en estas elecciones, a nivel europeo y a nivel de cada Estado miembro, han sido las políticas de austeridad impuestas desde la troika europea y ejecutadas por Gobiernos tanto del grupo popular como del grupo socialdemócrata. En una entrevista, comentada el pasado 25 de mayo, a El País, Jean-Claude Juncker, candidato a presidir la Comisión Europea por el grupo conservador, declaraba lo siguiente: “Es evidente que en los países rescatados las troikas no midieron bien las consecuencias sociales de los ajustes (yo añado que seguramente les daba igual porqué las consideraban efectos colaterales) Dicho eso, las recetas iban en la buena dirección y nadie pidió nada diferente: la prueba es que había 12 Gobiernos socialistas en el Consejo, y 12 ministros socialistas en el Eurogrupo, y le aseguro que nadie, nunca, dijo nada distinto” y, en la siguiente página, Martin Schulz, candidato a presidir la Comisión Europea por parte del grupo socialdemócrata, declaraba lo siguiente: “La Comisión ha impulsado una agenda neoliberal; si toda Europa es austera a la vez corremos el riesgo de una depresión. Los recortes son imprescindibles, pero hay que combinarlos con inversiones, con estímulos al empleo juvenil”
¿Qué diferencia hay entre uno y otro?
Si bien el grupo conservador ha perdido 51 diputados y un 7,5% de su electorado, para mí, el gran fracaso de estas elecciones ha sido la socialdemocracia europea, aunque haya incrementado su grupo en 7 diputados. Porqué tenía la oportunidad de erigirse como alternativa a las políticas neo-liberales del grupo conservador, capitaneados por Angela Merkel, y no lo ha sabido aprovechar, tal y como demuestran los ejemplos citados unas líneas más arriba. El electorado socialdemócrata ha castigado duramente a sus partidos porqué estos se han institucionalizado demasiado y han perdido sus señas de identidad de izquierdas. Y creo que esta es la razón por la cual en el sur europeo, los países más castigados por estas políticas de austeridad, donde hay más tradición cultural más anarquista y revolucionaría el electorado ha virado hacia partidos políticos situados a la izquierda de la Socialdemocracia como, por ejemplo, en España o Grecia; mientras que en el norte europeo, con una concepción del orden mucho más estricta y una sensibilidad especial a ese pecado capital llamado orgullo, el electorado socialdemócrata ha virado más hacia los partidos de extrema derecha, cuyo denominador común ha sido recuperar el orgullo perdido y herido de los países en los que se ha presentado debido a la globalización y uniformización que supondría la globalidad que encarna la Unión Europea. Por eso, creo que no hace falta que nos escandalicemos tanto por el auge de la extrema derecha en Europa; al fin y al cabo parece que la historia se repite: Mussolini hizo el giro al fascismo desde el Partido Socialista al igual que Hitler. ¿O es que, acaso, negaremos la agenda social sólo para los “ciudadanos auténticos” de partidos como el Frente Nacional o el UKIP inglés?
En el país dónde este doble fracaso del establishment político tradicional se ha puesto más de manifiesto ha sido España. El PP ha perdido 2,5 millones de votos y 8 diputados. Si esto no es un castigo electoral que baje Dios y lo vea. Pero es que el PSOE también ha perdido 2,5 millones de votos, que son, aproximadamente, los votos que han conseguido de más IU y Podemos. ¿Qué fuerza moral tiene Elena Valencia y Javier López, candidatos por el PSOE y el PSC, pidiendo el voto para frenar los recortes del Gobierno de Mariano Rajoy cuando tienen como invitados estrella del miting central de Barcelona a Felipe González, quien pedía una gran coalición PP – PSOE, o Manuel Valls, Primer Ministro del Gobierno de Francia, a quien la troika europea le ha exigido unos recortes por valor de 50.000,00 millones de euros? Se ha castigado a la política de austeridad y se ha virado hacia la izquierda no tan institucional.
Si el PSOE quiere volver a recuperar sus opciones reales de ser alternativa de gobierno en España creo que tendrá que hacer autocrítica en el próximo congreso extraordinario de julio teniendo en cuenta los dos siguientes temas, que se han vuelto trascendentales: recuperar sus señas de identidad de izquierdas, quitándose las chaquetas del progresismo guay y cool, y resolver, con valentía, el tema de Catalunya. Al PSOE no le ha servido de nada oponerse con firmeza a la consulta catalana, no le ha reportado ningún voto la negación sistemática de la celebración de la consulta, sino todo lo contrario. Su estrategia impuesta al PSC le ha reportado los peores resultados electorales en una comunidad que es básica para que el PSOE vuelva a gobernar en Madrid. Su confusión, intencionada o no, de quien está a favor de la consulta está a favor de la independencia de Catalunya se ha convertido un error de tal calibre que le ha supuesto una pérdida de 350 mil votos y pasar de ser la primera fuerza política en Catalunya a ser la tercera. Seguramente más de la mitad de los votos perdidos han ido a parar a Ciutadans y UPyD y el resto a ERC, más como voto de castigo que como voto real al SI SI de la consulta planteada para el 9 de noviembre.
Como hay un largo recorrido por hacer hay esperanza. Lo único que hay que hacer es ponerse a trabajar y recuperar la confianza de un electorado que, en otro tipo de elecciones, igual no lo hubiese castigado tanto, tal y como demuestran los resultados, según ese pequeño detalle llamado Ley de Hondt.
En España, PP y PSOE en 2009 obtuvieron entre los dos el 80% de los votos contabilizados. En 2004 se han quedado en un 49%. De tener 47 escaños han pasado a poseer 30 (-17). Y dice en el artículo que sólo han perdido un 5 por ciento y que no ha sido un golpe duro al bipartidismo… ¿Quién le financia? ¿Las FAES?
Estoy hablando a nivel europeo y no a nivel español.
En las elecciones del pasado domingo el PPE sacó 214 diputados con un 28,5% y el S&P sacó 191 diputados con un 25,43%. Suma total del apoyo a los dos grandes grupos: 53,93% del electorado europeo.
En las elecciones de 2009 el PPE sacó 265 diputados con un 36% y el S&P sacó 184 diputados con un 25%. Suma total del apoyo a los dos grandes grupos: 61% del electorado europeo.
Los dos grupos han disminuido su apoyo electoral en 7 puntos porcentuales. Por tanto, hablar de fracaso del bipartidismo es, como mínimo, un poco exagerado.
Por cierto, he votado a uno de los partidos de izquierdas que más auge ha tenido.