Las grandes multinacionales como Amazon, IKEA, Mediamarket, Decathlon… han visto que la infantilización del comportamiento humano incrementa de manera notable el consumo y, por tanto, sus beneficios.
La pionera fue Disney cuando averiguó que si filmaba películas que también gustasen a los padres la taquilla se incrementaba considerablemente.
La infantilización del comportamiento viene dada porque estas multinacionales le han ganado la partida al concepto “eterno”, han hecho creer que ya no hace falta que un bien de consumo dure para siempre: “se ha roto, pues compro otro. Total, para lo que vale”.
Este tipo de pensamientos esconden la realidad de comprar un bien para satisfacer una necesidad inmediata y, sobretodo, superflua. Pero para que ello se produzca, este bien debe ser barato para que no haya remordimiento adulto a la hora de cambiarlo por otro.
De lo que se trata es de concebir al consumidor como un niño pequeño, el cual como todavía no ha sido socializado y educado y, por tanto, se comporta de manera caprichosa, actuando siempre a base de impulsos en vez de aplicar racionalidad a la hora de decidir sus actos.
Un niño pequeño quiere una cosa y la quiere ahora. No espera. Las grandes multinacionales fomentan este tipo de comportamientos. Ya no se trata de cubrir una necesidad. Se cambia la elección racional a la hora de consumir por una falsa sensación de poder que la satisfacción inmediata de un capricho transmite.
Además, todos estos nuevos productos deben ser baratos, perdón, económicamente competitivos. Y, para eso, dichas empresas deben bajar el principal coste que tiene: el coste laboral. Las condiciones laborales de los trabajadores de estas empresas son peores y, con la última crisis económica, han empeorado mucho más.
Pero da igual que los salarios sean bajos, no haya conciliación familiar, se hagan horas extras sin abonar, los contratos sean precarios o sea más ecónomico despedir a los trabajadores. El Sistema Capitalista ha conseguido cuadrar el círculo vicioso:
peores condiciones laborales + fomentar comportamientos caprichosos a la hora de consumir + precios baratos = aumento de beneficios para las multinacionales – consciencia social.