En este año electoral 2015, que todo tiene que cambiar, es curioso que nadie se quiera definir a partir de sus raíces ideológicas.
Nadie quiere ser de izquierdas o derechas, todos son transversales, tanto en lo horizontal: parados, estudiantes, autónomos… como en lo vertical: ya no hay clases sociales, sólo casta o formalidad, dirán los atacados.
Por eso me gusta recuperar, en estos momentos, a un gran pintor contemporáneo: Vasarely, padre del Op-Art. Rectas que acaban configurando curvas, planos que se acaban convirtiendo en dimensiones… Aquí va un pequeño homenaje a este gran artista como reflejo de este tiempo en el que nadie se quiere definir como lo que realmente es.