Por suerte o por desgracia, en este capitalista y superficial país de inicios del siglo XXI (¿tan importante es que Tania Sánchez y Pablo Iglesias se hayan separado?) hay hechos que se empecinan en romper las frágiles cadenas de la inmediatez para arropar a los ciudadanos con la calidez y la seguridad de lo de siempre: por un lado, que el Barça gane al Real Madrid y, por el otro, que el PSOE gobierne, que no es lo mismo que ganar, en Andalucía.
Que Susana Díaz haya ganado las elecciones al Parlamento andaluz 2015 es una evidencia, según la inviolabilidad en el recuento de los sufragios emitidos. Pero… ¿Ha ganado realmente? La mirada crítica que va pareja a cualquier análisis electoral parece indicar todo lo contrario. Cual madre que trata con condescendencia a su hijo adolescente, con las hormonas a tope, a Susana Díaz se le ha llenado la boca dando la voz a los andaluces y estos, más o menos, le han venido a decir: “Sí, mamá, yo te quiero mucho pero no tienes razón”.
La resaca post-electoral se encuentra paralizada hasta el próximo 25 de mayo, no vaya a ser que perdamos unos votos por aquí, y el desgraciado accidente del avión de Germanwings en Francia, que lleva 4 días copando las máximas cotas de tiempo en los telediarios.
Para la poco original pregunta sobre el porqué de los resultados, he leído y escuchado un discurso, a mi entender bastante acertado, que explicaría los motivos de la victoria socialista a través de una óptica nacionalista “a la catalana”. Algo así como que el PSOE sería el CIU andaluz, quien, en gran medida, habría conseguido identificar los intereses del partido con los intereses de la comunidad autónoma. Profundizando en el paralelismo de dicho discurso, empiezo a creer que, al igual que le pasó a Artur Mas, Susana Díaz ha leído mal la pulsión de la calle y se ha metido en un berenjenal que va a durar, como mínimo, 4 años.
A nivel interno ¿Qué el PSOE haya sido el partido más votado, después de la interminable travesía por el desierto de la crisis y la corrupción, significa que Susana Díaz ha conseguido los objetivos por los que convocó las elecciones? La respuesta es tan rotunda como simple: NO. ¿Ha conseguido más estabilidad para gobernar? NO ¿Se ha dado cuenta que ha perdido 114.000 votos respecto a las anteriores elecciones y que, desde el 2008, el PSOE lleva una sangría de votos de más de 769.000 sufragios? Posiblemente no porqué le ciegue el primer puesto en las elecciones y la debacle electoral de una manera de hacer política, nefasta para los intereses generales de España, que el PP representa.
De todos estos aspectos negativos tendría que tomar buena nota Pedro Sánchez para lidiar con los silencios y tejemanejes de Susana Díaz dentro del partido.
A nivel externo, ¿Tan radical fue el giro de IU como para echar por la borda 3 años de gobierno en coalición? ¿No había ningún margen de maniobra para negociar? Yo creo que no ¿Realmente Susana Díaz prefiere la inestabilidad actual que el gobierno en coalición con IU? Yo creo que tampoco, por mucho odio histórico que se tengan los socialistas y los comunistas, y más si, como ella dice, pretende gobernar en solitario y, por tanto, tener que negociar cada ley que quiera aprobar ¿Quería pillar a contrapié a Podemos para que no obtuviese un buen resultado electoral? Le ha salido mal la jugada por mucho que diga Carolina Bescansa de que “este paso no ha sido lo suficientemente largo para liderar el proceso de transformación social necesario”.
Lo que de verdad ha conseguido Susana es debilitar a IU en favor de Podemos y, por tanto, seguir alimentando el espejismo del fin del bipartidismo, que va en contra de los intereses socialistas a nivel estatal. ¿O es que acaso los resultados de las anteriores elecciones andaluzas no mostraron el fin del bipartidismo? ¿Y en Extremadura? En Catalunya ya hace más de 4 legislaturas que no hay bipartidismo…
La combinación de la falsa victoria socialista y el comportamiento electoral de los votantes andaluces de IU permiten, a mi juicio, extrapolar los resultados de las elecciones andaluzas al resto de elecciones autonómicas del 24 de mayo. Las elecciones municipales en menor medida por su lógica especial.
Por mucho que todos los analistas, las encuestas… vieran claro la debacle de IU yo, sinceramente, no la esperaba. La pérdida de 163.000 votos me ha descolocado totalmente pues creía que el éxito de Podemos radicaba en la seducción de los 4 millones de electores que perdió el PSOE en las últimas elecciones. De los 4 millones de electores del PSOE cabreados e indignados con las políticas socialdemócratas tendiendo a neo-liberales del último gobierno socialista. Pero constato en Andalucía que no es así y mucho me temo que en Madrid tampoco, después de todo el vodevil de Tania Sánchez y sus desavenencias con la dirección del partido. Podemos ha obtenido sus resultados, principalmente, de votantes de IU y del aumento de la participación. También, en menor medida, de votantes de partidos que no obtienen representación y de votantes socialistas, obviamente, pero no en el grado que yo me esperaba. Y es este comportamiento electoral del votante de IU el que me permite afirmar que sí se pueden extrapolar los resultados electorales andaluces al resto de España.
Pensaba que el votante de IU tenía una fuerte consciencia ideológica vinculada al partido pero constato con tristeza dos hechos: primero, que sus votantes se han apuntado al caballo mediático, casi a la moda, de Podemos, queriendo experimentar la sensación ganadora que IU no les proporcionaba (se ve que entrar en el gobierno con los traidores a Marx no cuenta) y, segundo, que el nuevo electorado prefiere la vulgaridad venezolana a la pesada losa histórica que sigue teniendo la C de comunista.
Uno ve las fotos de celebración de los votantes de Podemos con el puño en alto y se pregunta ¿por qué habéis cambiado el voto? ¿Cuál ha sido el motivo real del cambio de voto? Ese es el principal reproche que le hago yo a Podemos: ¿Por qué no está realizando la supuesta regeneración de la joven democracia española desde dentro de IU, en vez de competir con ella por el espacio electoral de la Izquierda y fragmentarla para alegría de la Derecha? Mal vamos si cada vez que IU pueda gobernar con el PSOE sus votantes tienen que castigar electoralmente al partido por coaligarse. ¿Qué se piensan que hará Podemos? ¿Dejarle todo el protagonismo y el poder a Ciutadans?