La cuarta revolución industrial, la robotización de los puestos de trabajo, está a punto de estallar. Cada vez hay más maquinas que sustituyen la actividad humana: la termomix, el aparcamiento automático…
Y, por eso mismo, resulta reconfortante ver cómo el ingenio humano sigue teniendo cabida en este mundo tan tecnificado, sin que la inteligencia artificial le haga sombra todavía.
En pleno siglo XXI la inteligencia se las sigue componiendo para superar las dificultades que la técnica y la propia naturaleza pone a prueba.