Válidos y racionales análisis de expertos politólogos y sociólogos que pretenden explicar, mediante la teoría de juegos y análisis de comportamiento electoral, las negociaciones entre el PSOE y Unidas Podemos para la investidura del presidente del Gobierno el próximo 22 de julio de 2019.
Desconfianza y control interno del partido (Rivera está haciendo lo mismo con Ciudadanos, por poner un ejemplo en la Derecha) son dos variables que los partidos políticos españoles parecen haber afianzado a la hora de negociar con el otro.
Pero, a día de hoy, ¿hay algún medio de comunicación que asuma su responsabilidad, como actor social imprescindible en una democracia madura, en la creación de corrientes de opinión ciudadana y, en vez de propagar e incidir en los aspectos negativos de una negociación, se centre en las coincidencias programáticas y en los puntos convergentes para ponerse de acuerdo en los distintos sectores públicos?
Hoy en día, en pleno siglo XXI, ya no existen las pretéritas rivalidades entre socialistas y comunistas. Hoy en día se es progresista o más progresista. Por tanto, a nivel programático debe ser mucho más fácil ponerse de acuerdo. No nos engañemos. ¿Qué diferencias puede haber sobre las políticas de género e igualdad entre el PSOE y Unidas Podemos? ¿El PSOE no puede virar un “poquito” hacia la izquierda y asumir algún postulado más en materia de vivienda? ¿Después del fracaso de Syriza en Grecia, Unidas Podemos puede exigir mucho en materia fiscal con el enorme corsé presupuestario de la UE? ¿Realmente una salida de tono sobre las fiestas populares españolas por parte de algún dirigente de Unidas Podemos animalista puede provocar una crisis de Gobierno que no se pueda salvar?
Harían bien los medios de comunicación en potenciar todos esos aspectos programáticos para presionar a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Generarían una corriente de opinión positiva en la ciudadanía que ayudaría a rebajar la que parece ya eterna crispación en la que ha instalado la política española y con la que tan a gusto se encuentra la Derecha de Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal.
Por cierto, ya que esta es la década de las mujeres que se pongan a negociar el acuerdo de gobierno ellas. Si quitamos de la ecuación la variable testosterona igual es más fácil llegar a un muy buen y estable acuerdo de gobierno de izquierdas en España para los próximos cuatro años que buena falta nos hace.
Mención aparte es el tema catalán, cuya solución no pasa por ser un punto más en el acuerdo de gobierno. Sino por una mesa de negociación que incluya a todos los actores políticos, incluyendo los presos y los fugados, que defina y haga asumir a todos el real modelo territorial de España: un Estado federal plenamente desarrollado como EEUU o Alemania.