La quinta condición era que “esté controlado el riesgo de que aparezcan casos importados”. El brote de la comarca del Segrià en Lleida es la muestra palpable de que no se ha controlado este riesgo.
El pasado 04/08/2020 el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya cerraba la empresa Arfon Fruits por tener trabajando a 19 positivos por COVID-19. Esta gravísima negligencia fue detectada mediante una inspección de trabajo, conjuntamente con el Departament de Treball porque se tenía la sospecha que trabajadores contagiados seguían trabajando en vez de estar de baja por enfermedad.
Y esta acertada sospecha ¿no se tuvo desde el momento que, a finales de marzo, agricultores alertaban por TV de que los parados con DNI derivados de la pandemia no aguantarían el ritmo de trabajo del campo? Si en tiempos de pandemia la movilidad de los ciudadanos estaba totalmente restringida mediante las famosas fases ¿cómo es que se permitió la llegada al campo de Lleida de miles de temporeros, muchos de ellos en situación irregular? ¿Cómo es que no se controló ni el estado de salud de estos inmigrantes a su llegada a Lleida? De la misma manera que en Ripollet, Sabadell y Terrassa se hacen test masivos de PCR para identificar nuevos positivos ¿por qué no se hacen inspecciones de trabajo masivas en todas las empresas agrícolas que contratan temporeros para sacar a la luz negligencias e ilegalidades laborales que, al final, impiden que un trabajador informe al sistema que es positivo de COVID-19?
La llegada de turistas internacionales ha bajado un 97,7%, siendo imposible compensar parte de las enormes pérdidas con el turismo nacional. ¿Alguien sabe a ciencia cierta si en el Aeropuerto Josep Tarradellas de Barcelona se toma la temperatura a todos los viajeros que llegan? ¿O se toma alguna otra medida de cara a prevenir y controlar los posibles casos importados?