Provoca verdadero pavor la explosiva mezcla de ignorancia sobre la arquitectura del Estado y las ansias de poder que demuestran Pablo Iglesias, recordemos que es profesor de Ciencias Políticas, y demás dirigentes de Unidas Podemos.
¿Cómo se pueden rechazar Ministerios del Gobierno de España en función de si las competencias de dichos ministerios están transferidas a las Comunidades Autónomas o no? Porque el siguiente paso lógico a este rechazo es la eliminación de dichos ministerios si, total, están vacíos de presupuesto y no sirven para nada. ¿Pero verdad que esta afirmación es un disparate?
El segundo hecho que demuestra la ignorancia y la desesperación de Pablo Iglesias ha sido reclamar, en la última intervención del debate de investidura, las políticas activas de empleo, que también están transferidas a las Comunidades Autónomas. Esta desesperada petición implica el ya no saber ni lo que se pide y asumir, en parte, que UP se ha equivocado orientando la negociación de la investidura a las sillas ministeriales en vez de un acuerdo programático de izquierdas.
Es un falso debate el hecho de que estar dentro o fuera de un gobierno permita condicionar más o menos las leyes que se presenten en el Congreso de los Diputados porque lo importante es aprobar las leyes. Y, cuando no se tiene mayoría absoluta, se pueden condicionar y mucho.
UP confunde el hecho de que no estar en el gobierno no permitirá aprobar las políticas de su programa. Esta afirmación proviene de una lectura errónea de sus resultados electorales el pasado 28A. Implica no reconocer que hay que negociar las leyes porque UP no tiene mayoría absoluta para aplicar su programa electoral en su totalidad. También implica no reconocer que la obtención de un ministerio en un gobierno de coalición no es igual a aplicar el 100% del programa electoral en el ámbito de dicho ministerio. De ahí la desconfianza del PSOE a tener que lidiar con un gobierno paralelo si le dan sillas a UP.
¿Tan difícil es recuperar los más de 100 folios trabajados sobre la base del acuerdo presupuestario de 2018, que elaboraron Montero, Echenique y Belarra sin tanto drama y con tanta discreción? Por eso, es una excusa de mal pagador la que plantea Milagros Pérez Oliva en su artículo del pasado 28 de julio “Manual de resistencia al pacto” cuando se pregunta a qué estratega se le ocurre que en 48 horas podrán negociar nada menos que un gobierno de coalición. El acuerdo programático no era tan difícil de cerrar porque desde la moción de censura ya había mucho trabajo hecho. Sólo se trataba de rematarlo.
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