El pasado 10/04/2020 el responsable de la OMS puso seis condiciones a los países que quisieran eliminar las medidas de confinamiento. El 21/06/2020 finalizó el estado de alarma en España y todos pasamos a la “nueva normalidad” de manera formal porque de manera real había muchos ciudadanos que ya es encontraban en dicha normalidad desde el 02/05/2020, cuando se permitió salir a pasear con los hijos y realizar actividades deportivas.
La primera condición que la OMS ponía para los países que quisieran eliminar las medidas de confinamiento era que “la transmisión esté controlada”.
La segunda condición era que “los sistemas sanitarios estén en buen estado y sean accesibles para toda la población”.
La tercera condición era que “se hayan minimizado los brotes en los centros sanitarios de media y larga estancia”.
La cuarta condición era que “se implanten medidas preventivas en espacios transitados y escuelas”
La quinta condición era que “esté controlado el riesgo de que aparezcan casos importados”.
Y, por último, la sexta condición era que “la sociedad sea plenamente consciente de lo que está en juego y esté comprometida con la lucha contra el virus”
De las 6 condiciones que la OMS recomendaba sólo hay una que es exclusiva de la ciudadanía: que todos seamos conscientes de lo que está en juego. El resto de condiciones son responsabilidad exclusiva de los gobiernos en todos los distintos niveles de administración: estatal, autonómica y municipal.
¿Realmente el gobierno de Quim Torra sólo ha tenido tiempo desde mediados de abril, cuando la OMS informó de las condiciones, a promover la campaña: ¿Distancia – Manos – Mascarilla”? Un balance bastante pobre que ha explotado de manera virulenta a inicios de julio con los brotes en el Segrià y Barcelona, seguidos de los brotes en las dos áreas metropolitanas de la Ciudad Condal.
En la rueda de prensa del pasado 27/07/2020 el President de la Generalitat dijo que “ahora más que nunca es hora de los datos y del análisis, no de temores sin fundamentos”. Vale, de acuerdo. A partir de aquí, ya no vale salir a la palestra y sólo dar cifras absolutas de contagiados, índices de reproducción del virus, cifras de ingresos en UCI… De lo que se trata ya es de analizar brote por brote de manera individual para tomar las medidas más eficientes para combatir el contagio. Parece que el objetivo último sea evitar el colapso del sistema sanitario cuando el objetivo esencial tiene que ser acotar un brote que surja para que no se descontrole y pase a haber transmisión comunitaria. Cuando surge un nuevo brote, la pregunta a responder ya no es ¿cómo se contagia el virus? Sino ¿por qué ha surgido este nuevo brote? Viendo que ya no se puede poner más la salud por encima de la economía, las administraciones tienen que cambiar el paradigma de la lucha contra el coronavirus y pasar de implementar estrategias basadas en la eficacia (la salud por encima de la economía) a estrategias basadas en la eficiencia (atacar el brote de manera individual analizando al máximo todos los datos que indiquen porque ha surgido dicho brote). De un confinamiento total como el que ha habido hasta el 21/06/2020 a medidas concretas que permitan erradicar los nuevos brotes sin afectar al resto de la sociedad y de la economía. No olvidemos que hay un virus peor que el COVID-19 y que espera aletargado su momento: la pobreza.